Mi historia...

Ni espero ni quiero que se dé crédito a la historia más extraordinaria, y, sin embargo, más familiar, que voy a referir. Tratándose de un caso en el que mis sentidos se niegan a aceptar su propio testimonio, yo habría de estar realmente loco si así lo creyera. No obstante, no estoy loco, y, con toda seguridad, no sueño... (e.a.p - El gato negro).

sábado, 30 de enero de 2010

Maullidos: Tu tigre de juguete



WASHINGTON.– Se llama Toyger y será la próxima supermascota de Estados Unidos. Así de categórica es la conclusión de los especialistas y, claro, de sus promotores. Se trata, en suma, de un gatito… con todas las características de un tigre de Bengala. Orejas redondas, vientre blanco, pelaje abundante y grueso, ojos más chicos y nariz más ancha que los de un gato común, y, por supuesto, las legendarias e inconfundibles rayas naranjas y negras de un tigre en todo su cuerpo, incluyendo su cola. Sería un minitigre dando vueltas por el living. No se trata de los resultados de una experimentación de laboratorio, sino del sueño de una arquitecta de 58 años de California, Judy Sugden, que desde chica hablaba con su madre, Jean Mill, sobre qué podría salir de la cruza de gatos especialmente seleccionados. Su salto de la divagación teórica al armado de un criadero ocurrió entre fines de los años 80 y principios de los 90, empujada precisamente por el éxito de su madre, que a partir de un gato salvaje asiático creó al Bengala, un minino con pelaje muy similar al de un leopardo, y que fue furor de ventas en Estados Unidos.


Sugden ya tenía la premisa básica para experimentar. A diferencia de lo que pasó con los Bengala, los tigres no pueden cruzarse con los gatos domésticos y, por lo tanto, “dado que no contábamos con los genes, tendríamos que simularlos”, explicó Sugden en una entrevista reciente a la revista Life, que llevó a Toyger a su tapa. Así comenzó un proceso de cruzas de gatos que lleva casi 20 años: aquella gatita de orejas redondas con este rayado; aquél de cola corta con la hija de los dos primeros; éste de pelaje profuso con el nieto de…, y así patentó su idea y sus primeros e imprecisos resultados ante la Asociación Internacional de Gatos (TICA, por sus siglas en inglés), en 1993.


Hasta 4000 dólares


Según sus propias previsiones, le tomará unos 4 años más hasta que el Toyger sea como ella lo sueña: como un tigre de juguete (de allí su nombre) que deambule por cualquier casa. Hasta ahora tiene lo que ella define como cientos de versiones hermosas, pero incompletas, de su sueño.


Aun así, la rueda del dinero comenzó a girar. “Van a tener una imagen muy distinta de otras razas de gatos”, celebra la presidenta de la TICA, Kay DeVilbiss, que predice que “va a haber una fiebre por los Toyger”.


Si los precios actuales sirven de anticipo, DeVilbiss tiene razón. Los ejemplares incompletos de Toyger pueden comprarse hoy, esterilizados, entre 500 y 1500 dólares. Sugden vende los mejores, los que pueden perfeccionar la raza, hasta en 3500 dólares. Y se estima que una vez que esté completa la metamorfosis podrán llegar a los 4000 dólares. Si parece mucho dinero, los amantes de los gatos podrían lamentar otros dos rasgos distintivos de los Toyger: a estos gatos sí les gusta el agua y son muy caseros y juguetones. Es decir, son gatos que se comportan como perros. Pero, eso sí, son bellísimos. Y a medida que se asemejan más a los tigres de Bengala, celebra Sugden, “se ponen más y más bellos cada año”.

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Espeluznante fin...

Sobre su cabeza, con las rojas fauces dilatadas y llameando el único ojo, se posaba el odioso animal cuya astucia me llevó al asesinato y cuya reveladora voz me entregaba al verdugo. Yo había emparedado al monstruo en la tumba.
(E.A.P. - El gato negro)